Los combustibles premium

El verano es para el ocio, tomarnos las cosas con calma, los que disfrutan de las vacaciones tienen todo el tiempo para charlar y los que trabajan, en muchos casos, bajan el ritmo notablemente. Entre los temas que generan polémica cada vez que se trata en una reunión familiar o de amigos tenemos el de si tu eres de la gasolina guay o de la barata. Es lógico porque tal y como nos lo venden las marcas parecería que ciertos gasoil tienen propiedades casi-mágicas, pero la realidad es bastante diferente.

Viví un tiempo en Tarragona y le pregunté a un vecino, que trabajaba en una de las refinerías de la zona, si ellos producían diferentes calidades de gasoil: calefación, agrícola, normal, ultimate... Y la respuesta fue clara: ¿Tu has visto como es la refinería, lo enorme y complejísima que es una instalación de este tipo? De allí solo sale un tipo de gasoil y de gasolina. Si hubiera que producir diferentes clases de carburante no es que hubiera que multiplicar por dos el tamaño de la refinería, pero desde luego habría que ampliarla mucho, mucho. Además tendríamos el problema del almacenamiento y en eso sí que no podría hacerse mucho, excepto mejorar los procesos logísticos, habría que almacenar el combustible suficiente para atender el consumo, en función del nivel de producción... Básicamente esa era la argumentación y creo que tiene bastante sentido.

Pero es que si además hablas con cualquier profesional, cualificado, del motor te dirá que un producto normal, no tiene diferencias notables sobre cualquier otro y que los aditivos que puedan añadir algunas marcas, no representan una diferencia notable ni en el consumo, ni en los gases emitidos, ni en nada medible de una forma objetiva, por más pruebas que se han realizado.

En cuanto a la calidad de refino del producto si estuviéramos hablando de algo producido en un alambique de un bosque perdido de Tennessee, podría plantearse diferencias apreciables, pero la calidad de los productos de cualquier refinería moderna es altísima. Es posible que se planteen problemas durante el transporte o el almacenamiento, pero para eso tenemos además unos magníficos filtros de combustible, que deben mantenerse adecuadamente, para evitar la entrada de materias extrañas en el motor.

Podríamos concluir hablando de la prolongación de la vida del motor, que es el otro argumento utilizado por el marketing de las marcas, pero desde un punto de vista estrictamente económico un incremento del 5, 10 ó el 20% el precio tendría que traducirse en la misma proporción en la duración, que solo afectaría a los motores, y no he encontrado ninguna referencia fiable que indique que esto es así. Por lo tanto si no te sobra el dinero, piensa en otra alternativa para mejorar el rendimiento de tu vehículo... aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, un curso de conducción sería una muy buena inversión.